Mi profesor de portugués nunca la había escuchado antes. Estábamoss concluyendo una clase con una trivia de ex colonias portuguesas: Angola, Guinea-Bissau, Cabo Verde.
El disfruta de los matices que diferencian el portugués de Cabo Verde del suyo, brasileño, al que siempre considera más dulce. "Dice Sodade y no Saudade", comenta con asombro. También percibe que esa música está más cerca del Fado que de la Samba, no sólo por una cuestión rítmica: "es mais triste".
A mí Cesaria Evora me suena a una noche de verano junto al mar, a la hora en que los sueños y la realidad bailan juntos, mientras uno apenas se da cuenta que está elaborando un recuerdo maravilloso. Muy específico el efecto.