viernes, 21 de mayo de 2010

Metafísica y Marketing, por Gaby Pinto


El secreto del "ou", de Jorge Lizana, en Flickr


Cuando las cosas no van bien, uno tiende a buscar soluciones mágicas. Por ejemplo, mi hijo no duerme bien y, luego de agotar todas las recomendaciones de los especialistas, me encontré poniendo un huevo en agua debajo de su cama para “alejar las pesadillas”. Creo que es volver a la parte más primitiva del ser humano, la más irracional e instintiva. Cualquier cosa es válida mientras calme la ansiedad.

Hablando de soluciones “mágicas”, hace poco me crucé con el libro “El Secreto”. En coincidencia con una etapa de problemas económicos, aparece ante mi la frase El Secreto ha sido utilizado para amasar grandes fortuna“. Ahí volvió a accionarse el mecanismo de “búsqueda de la solución magica”. Pero no corrí a bajarlo de internet sino hasta que apareció una amiga festejando por haber conocido a un “pendejo divino” después de haber aplicado “la ley de atracción”.

La curiosidad se materializó en Taringa.com y ahí estaba el libro completo frente a mí. Soy en esencia una mujer ansiosa. Terriblemente ansiosa. Me cuesta leer este tipo de libros desde el principio y sin saltear páginas. Pero empecé desde la 1, prólogo incluido.

La autora presenta la clásica historia de vida desmoronada y salvación milagrosa. Por supuesto, la salvación es “El Secreto”. Ese que ayudó a unos cuantos a amasar fortunas, a salir de enfermedades terribles y a vivir una vida plena. Exactamente como la autora, que ahora sentia la necesidad de compartir “El Secreto” con el mundo.

Además de ansiosa, soy bastante desconfiada. Si bien busco soluciones mágicas, en realidad no creo en ellas. Ya ahí empece a dudar si la salvación de la autora habia sido “El Secreto” o el negocio que generó a partir de la idea. Y todavía no encuentro la respuesta, porque no completé la lectura.

No sé si el libro es revelador, pero después de leer unas pocas páginas, mi humor era otro. No por descubrir misterios ancestrales sino por lo bizarro de la escritura.

Las primeras páginas son el resumen de todos los colaboradores del libro. Se trata de un rejunte de gente bastante particular y la simple lectura de sus curriculums merece un post.

Uno de los principales colaboradores es el Dr. Joe Vitale, “metafísico, especialista en marketing y editor”. Ya con este primer personaje las dudas crecen y lo bizarro se materializa. Cómo alguien puede ser metafísico y especialista en marketing? Es casi como ser un carnicero vegetariano. Raro.

También está presente la pluma de John Assaraf, “empresario y experto en el arte de ganar dinero.” Grosso. Quién no quisiera escribir eso en su curriculum.

Hay “oradores internacionales”, “mensajeros espirituales”, “físicos teóricos”, escritores de best sellers entre los que podemos nombrar: “La ciencia de hacerse rico”, “La psicología del éxito”, “La riqueza armónica”, entre otros .

Michael Beckwith se describe como “progresista transreligioso, no alineado.” Cuando le preguntaron a Mike Dooley sobre su curriculum dijo: “soy un aventurero de la vida”. No podía faltar Morris Goodman, apodado “el Hombre Milagro” por salvarse de una tragedia aérea.

Y hay más… No falta casi nadie. Están todos los que vieron por encima de la montaña (eso decía mi maestro de historia sobre los grandes genios incomprendidos). Y ahora ellos nos arriman un banquito para que podamos asomarnos nosotros también.

Me llama la atención la asociación del bienestar personal con el poder económico en un libro que yo esperaba más espiritual… No sé si por aquí encontraré alguna solución a mis problemas…

La sensación es extraña. No sé si seguir leyendo. No sé si estoy a la altura intelectual del libro.