En 1973 yo era menos que un adolescente, tal vez estaba más cerca de Sandro que de Génesis, pero no tardaría en aparecer el rock en mi vida. Tal vez ese mismo año, o el anterior, no recuerdo, tocó Santana en Buenos Aires, y descubrí que había otra cosa.
El rock llamado progresivo fue el que me capturó antes, tal vez por mi experiencia precoz con la música clásica, o mis prevenciones hacia el desorden. Led Zeppelin me parecía una provocación hacia el caos, aunque Deep Purple me interesaba muchísimo.
En esa época no había manera de acceder a videos, ni siquiera a discos. No existía la bendición de internet o el mp3. Hacerse de un disco importado era una tarea titánica.
Génesis no fue mi primer preferido, pero sí se convirtió en uno de mis amores perdurables, especialmente por ese señor que se disfrazaba de joven y hoy es un venerable pelado, que escribió, siempre antes que los otros, la historia del rock de fin de siglo. Peter Gabriel es otro de los dioses de mi Olimpo privado.
Si en aquel momento lo hubiera visto disfrazado, tal vez habría desconfiado. Hoy me parece muy divertido lo que hacía.
Musical Box es un himno, y estas versiones son tesoros rescatados para la memoria por YouTube. Arcaico o nostálgico, este es mi homenaje.