A menudo las películas producen esos encuentros felices entre imagen y música, que revalorizan a ambas. En la excelente película (estoy en una época de fijación con el cine francés) "Ne le dis a personne" aparece este tema de Jeff Buckley: "Lilac Wine".
Como muchos héroes de la canción contemporánea, Jeff será siempre joven, ya que murió ahogado a los 30 años. Participó en un par de experiencias musicales hasta que se consagró como promesa (y leyenda) con su disco Grace, de 1994. Se ha escrito mucho sobre su voz, de registro amplísimo y afinación perfecta. Una voz extraña, muy expresiva, que a mí me recuerda al estilo de Antony Hegarty (Antony and the Johnsons).