El collage es un procedimiento artístico que en un par de años cumplirá un siglo. Consiste en incorporar (pegando en principio, porque de hecho se agregaban papeles al cuadro con pegamento) elementos de distintos contextos para que en su nuevo encuentro genere una impresión estética nueva. A pesar de haber nacido como técnica plástica, luego se hizo extensiva a otros lenguajes, como el del cine y la literatura.
Luis Toledo demuestra que el collage está vigente. Tal vez más que nunca. Si consideramos nuestra contemporaneidad, descubrimos que nosotros mismos tenemos, cada día más, comportamiento de collage. Cuando hablamos es posible aislar afirmaciones que tomamos prestadas, casi con comillas, que no han pasado por el filtro de nuestra reflexión. Nos llenamos de consignas, de la misma manera que nos vestimos con ellas, nos alimentamos con ellas, soñamos con ellas y nos vamos fragmentando cuando creemos que nos estamos definiendo. La publicidad no es más que una herramienta de esta gran fábrica de fenómenos de collage. El poder, como siempre, es el primer motor inmóvil de esta consecuencia.