Aquí no es el “Día del Amigo” porque en México eligieron ignorar a Ramón Bracho o Enrique Febbraro, a favor de ampliar el concepto de San Valentín a “Día del amor y la amistad”, lo cual me parece de una economía innecesaria: una celebración de la ambigüedad.
Ya todos sabemos que los “días de” nacieron de pasteurizar una tradición o de ocurrencias delirantes (como el día del amigo) y luego se convirtieron en oportunidades comerciales. Aun así, El Día del Amigo me cae simpático, porque la amistad me sigue pareciendo una de las pocas utopías realizables. Una fe con pruebas, una idea permanente que nos acompaña desde que descubrimos al otro hasta el día en que nos despedimos de unos pocos.
Lo que ignoraba es que originalmente fue un invento paraguayo, el único que conozco, de hecho.
El Dr. Ramón Artemio Bracho de Puerto Pinasco ideó la Cruzada Mundial de la Amistad en 1958. A partir de esa cósmica idea se fijó en Paraguay el Día del Amigo el 30 de julio de 1958.
En Argentina, por una asociación de ideas que me provoca una gran perplejidad, el Doctor Enrique Ernesto Febbraro, de Lomas de Zamora, provincia de Buenos Aires, creó el Día Internacional del Amigo, a festejarse en cada aniversario de la llegada del hombre a la Luna. Su justificación fue que en aquel momento todo el mundo estaba unido, lo cual encendió su fervor y se puso a trabajar en una correspondencia de 1000 cartas a 100 países, de las cuales obtuvo 700 respuestas. Este odontólogo, profesor de psicología, filosofía, historia y música, fue creador de la Asociación Mundial para el Entendimiento que, por su nula relevancia, aseguró el presente pletórico de malentendidos que gozamos.
Luego de la muerte de Fontanarrosa, humorista gráfico y escritor rosarino, en 2007, apareció una cadena de mails que propuso el cambio de la fecha del Día del Amigo precisamente al 19 de julio, como recordatorio de la desparición de un amigo tangible de los argentinos, o por lo menos más cercano que la misión Apolo 11.
También en 2007, el escritor y periodista César Fuentes Rodríguez propuso que se cambiara la fecha al 24 de julio. Su argumentación es impecable en la primera mitad: la llegada a la Luna representa una especie de concordia humana abstracta lejana a los valores de la verdadera amistad personal… por eso propone que se festeje el Día del Amigo el día del nacimiento de Alejandro Dumas, ya que el tema central de Los Tres Mosqueteros es la amistad (!)
Como verán, la oportunidad de seguir proponiendo cambios de fecha a un evento universal que sólo se festeja en Paraguay, Argentina y Chile, está abierta.
Mientras tanto, en una ciudad que hoy ignora esta emoción, yo saludo desde lejos a los pocos, probados, intensos y siempre presentes amigos de mi vida. Los extraño.