lunes, 10 de enero de 2011

Eterna


Yo creía que venía dada por la vida como saltar la soga, Caperucita Roja o las canicas. María Elena Walsh nunca había nacido, ni sus canciones, sino que existieron desde siempre. Y eso me tranquilizaba.

Fue una sorpresa para mí que en México no la conocieran, ni que nosotros conozcamos a Cri Cri, su equivalente mágico.

Es sencillamente inimaginable crecer sin haberla leído o escuchado.

Como creerla muerta hoy.